El tren
Vuela, los pensamientos
enredados en su pelo.
La noche no está estrellada, la luna no asomó.
Y el día pasa como el tren de las diez.
Piensa que mañana será igual,
que nadie la tiene en cuenta.
Como rosa del rosal marchito, se va apagando.
Ni lágrimas tiene, no entiende qué pasa,
qué murió en ella.
Ya no tiene sueños ni ganas de ser feliz.
El mar se sacude y la noche está oscura
como sus ojos.
Se prepara para ese fin,
pero no sabía que sería tan difícil.
Angustiante, sofocante, dolía.
El pecho dolía, los huesos dolían,
el alma dolía, la despedida dolía...
Alasblancas
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