Cuento.
Mmm…
¡Miau!, que rico se siente dormir en el soutien de mi dueña.
Ella me encontró una mañana tiradito en
la calle, yo le ronronee y la mire con mis ojitos tristes.
Cuando ella me vio parece que le di mucha
lastima y me recogió, ahora soy uno mas de su familia. Mi dueña se llama Maité,
miau, es una damita bella, suave, usa un perfume que invade toda la casa,
cuando llega de afuera tira toda su ropa por el living y va dejando de a poco
hasta que llega a la habitación desnuda, ¡¡miauuuu, es bella!! La miro y
suspiro…¡¡Miau re-contra miau!!
Un día quedó la casa sola y mientras
dormía en su soutien su perfume me abrazaba, me acomodé y me dormí. De repente,
no sé que pasó, pero ya no era un gato, tenia piernas, manos, un cuerpo y caminaba
por la casa recorriendo todo. Levanté su
ropa y justo entra ella y grita asustada.
Yo le pedía que no grite y que no era un ladrón.
-¡Soy dormilón señora!- le dije.
Ella entre el susto me mira y se mata de
risa.
-¡Créame!, me dormí y desperté en este
cuerpo, es que la amo tanto que pienso que un hada me convirtió en este hombre-
Maité no paraba de reír, entonces ya me
estaba enojando.
-¿Porqué no me cree damita?, amo su olor,
su piel…- le confesé.
Pero ella seguía riendo, reía y reía y me
dice:
-¡Despierta dormilón, sal de mi soutien!
¡Ya fuera de mi habitación!. Este gato Dormilón siempre rondando en mi ropa
jajajaja-
Mmm, miau re-contra miau, era solo un
sueño, me estire, desperece y camine hacia la cocina donde me esperaba un plato
de leche calentita…¡Miau!